Factores Fisiológicos
Ciertas dolencias, enfermedades, falta de nutrientes, exceso de grasa corporal, estado hormonal alterado, estado del sistema inmune, vida sedentaria, estrés crónico... etc, nos pueden alterar la química cerebral y el funcionamiento del Sistema Nervioso en general. Esto resultará en un caldo de cultivo para desarrollar depresión y ansiedad.